lunes, 29 de octubre de 2007

Corrección de Estilo


Khristo continúa corrigiendo mis textos. Espero ansioso para poder realizar los cambios y dejar los documentos en estado de "entregables". Es curioso porque si he de ser sincero no me agrada la manera en que mi compañero de trabajo escribe, sin embargo, siempre me han gustado las mejoras que propone.

En mi día a día laboral la corrección de estilo a los textos de cada uno de los miembros del equipo es de lo más común. La verdad es que yo soy bastante celoso con lo que escribo y no suelo ser el más abierto ante los cambios.

Han llegado...

Ahora puedo continuar con el proceso de escritura. Agradezco a Khristo y me dispongo a regresar a mi lugar. Al abrir el archivo me doy cuenta de que no son muchos, aunque algunos podrían cambiar el fondo de mi documento (nótese que siempre me refiero a "mi documento" y no "al documento" mostrando la posesividad). Documento modificado, texto entregado. De nuevo mi compañero ha facilitado mi labor.

Al refleionar sobre los cambios que se le han hecho a mis textos me doy cuenta de que curiosamente son muy semejantes a los que yo propongo cuando me toca realizar la famosa corrección de estilo. La pregunta que me surge inmediatamente es: ¿Porqué cometo los errores que denoto cuando me toca criticar (en el buen sentido)? Después de dar algunas vueltas por mi cabeza me doy cuenta de que por más que lo niegue no soy sino uno de esos animales llamados hombres capaces de "caer en la misma piedra dos veces". Y lo más triste es que esta conclusión puede ser trasladada a cualquier ámbito de mi vida; diariamente cometo tonterías que seguramente he criticado en alguien más (soy un ente sumamente crítico). ¡Qué egoista!, ¡Qué mentiroso! Creo que a veces proyectamos nuestros errores en los demás y lo criticamos aún más fuerte de lo normal, debido a que en el fondo sabemos que son los mismos errores que nosotros cometemos.

Ojalá en la vida pudiera pedirle a mi amigo Khristo que me corrigiera las pendejadas que hago a diario para poder "entregar un final" libre de errores...pero no. Asi es que no me queda nada más que volver a decir: gracias Khristo.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Alterego




De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, el alter ego es una segunda personalidad o una persona dentro de otra persona. Bajo esta definición me veo obligado a recordar a los personajes del Doctor Jekyll y de Mister Hyde en la novela de Robert Stephenson. Me referí a Edward Hyde debido a que éste personaje no es sino la "otra parte" del doctor; un psicópata restringido por las normas de la sociedad "civilizada", que comparte el cuerpo de un doctor.




Para mí el alter ego es una representación más de la constante lucha entre el bien y el mal que existe no sólo entre las personas, sino tal vez de manera aún más importante al interior de las mismas; esa guerra incesante, una lucha continua y que normalmente no tiene vencedor ni derrotado.




Entonces mi alter ego es formado a partir de la estructura social a la que pertenezco. Mis compañeros de la escuela, del trabajo, de las clases de idiomas, teatro, danza, futbol, beisbol, padres, hermanos, familia, en fin, todo lo que me rodea genera el alter ego. Y para mí Edward Hyde es aquella parte de mí que es ofuscada constantemente debido a los juicios establecidos por la sociedad. Este blog se lo dedico a Edward, y también al doctor con el firme deseo de que lo aquí escrito se convierta en una lección.


"...every man is the architect of his own fortune." Salusto a César durante un discurso en el 42 D.C.

Mi primera vez

Las gotas de sudor resbalaban por la epidermis, las rodillas y las articulaciones en general eran incapaces de detenerse, los dientes cada vez dejaban menos uña y se acercaban más a la piel; ya comenzaba a observarse la sangre. Estas son sólo algunas de las reacciones comunes de una persona al momento de realizar algo por primera vez, cuando inicia o comienza algo.


De acuerdo con la Real Academia Española el comienzo es el principio, el origen de algo. Pero, ¿el comienzo de qué? Simple: de todo; cualquier cosa. Recuerdo vagamente la primera vez que llegué al kinder y no quería separarme de la mano de mi madre (aún cuando a la semana lloraba por tener que irme), o la experiencia de mi primer beso: si bien mi hermano me había dicho qué hacer, la plática y la práctica son dos cosas muy distintas. Podría relatar cientos de historias sobre mi primera experiencia en distintos momentos, pero, es importante recordar que el principio puede ser también el final. "En mi comienzo está mi fin" afirmó East Cocker en una de sus obras más afamadas. Y es que el inicio no es sino el primer paso para llegar al final.

Dejo aquí mi primer comentario. Al parecer escribí algo muy distinto a lo que había planeado, aunque nunca logro adivinar la siguiente jugarreta de mi mente. La verdad es que no tengo claroel para qué ni el porqué COMIENZO a escribir. Probablemente sea una de esas ocasiones que uno no sabe lo que busca hasta que lo encuentra; quizás solo lo hago ara dejar de hablar sólo, o mejor dicho, de hablar sólo y nunca recordar lo expresado.

Asi es que foro abierto para mí, y todas las personalidades alrededor.